Estados de la Mente

La mente es el enlace vital entre el cuerpo y la conciencia. El ser humano puede vivir con consciencia, discernimiento y confianza cuando la mente está calmada y enfocada. Yoga es la alquimia que genera equilibrio para lograr ese propósito espiritual.

NATURALEZA DE LA MENTE

En la terminología de Yoga, la consciencia o ‘chitta’ incluye la mente o ‘manas’, la inteligencia o ‘buddhi’, y el ego o ‘ahamkara. La palabra sánscrita para ´hombre´ o ´ser humano´ es ‘manusya’ o ‘manava’, que significa “aquel quien está dotado de consciencia”. La mente no tiene una ubicación real en el cuerpo; es latente, elusiva, y existe en todas partes. La mente desea, recuerda, percibe, y experimenta: las sensaciones de dolor y placer, frio y calor, honor y deshonra, son experimentadas y reinterpretadas por la mente. Como el pensamiento tiene la capacidad de percibir situaciones dentro y fuera, la mente refleja los mundos externo e interno, aunque su tendencia natural es estar preocupada por el mundo exterior.

Cuando la mente está totalmente ocupada en los objetos captados a través de los sentidos, surge el estrés, la fatiga y la infelicidad. La mente puede ser un enemigo secreto o un amigo traicionero, influencia nuestro comportamiento antes que tengamos tiempo de considerar causas y consecuencias. Yoga entrena la mente e inculca un sentido de discernimiento, así los objetos son percibidos tal como ellos son y no les permitimos que nos dominen.

FACULTADES MENTALES

Tenemos cinco facultades mentales que pueden ser usadas positiva o negativamente, estas son: correcta observación y conocimiento, percepción, imaginación, sueño sin ensueño y memoria. Algunas veces la mente pierde su estabilidad y claridad, y es incapaz de usar sus facultades apropiadamente. La práctica de Yoga dirige la mente a un estado de atento discernimiento. La conciencia, con el discernimiento y la memoria orientan los malos hábitos, que son acciones repetidas basadas en percepciones distorsionadas, para que sean reemplazados por buenos hábitos. El practicante se vuelve más fuerte, honesto y maduro espiritualmente.  Es capaz de percibir y comprender a las personas, situaciones y eventos con claridad. Esta mente madura trasciende las fronteras de la observación mundana y la experiencia, evolucionando de la confusión a la claridad, logrando uno de los grandes beneficios de Yoga.

ESTADOS DE LA MENTE

La Ciencia de Yoga distingue entre cinco estados básicos de la mente, que no son inmutables, excepto el último. De acuerdo a Patanjali los estados de la mente son: aburrimiento o letargo, distracción, disperso, enfocado y controlado. Patanjali describe el nivel más bajo de la mente como de aburrimiento o ´mudha´. Una persona en tal estado de la mente no observa, ni actúa o reacciona apropiadamente. Este estado es raramente permanente, es causado usualmente por experiencias traumáticas, por ejemplo, por duelo o cuando una meta deseada presenta tantos obstáculos que resulta difícil de alcanzar. Después de sucesivas fallas por tomar control de la propia vida, muchas personas se retiran con apatía y letargo. Frecuentemente, este estado es exacerbado por insomnio o por exceso de sueño, excesos al comer, o la ingestión de tranquilizantes y otras sustancias que hacen al problema original peor. Yoga transforma gradualmente esos sentimientos de impotencia y derrota en optimismo y energía.

El estado de distracción es aquel en el que los pensamientos, sentimientos y percepciones dan vuelta en la consciencia, pero no dejan impresiones duraderas, por lo tanto no sirven para nada. Patanjali llama a este estado ´ksipta´. La persona es inestable, irreflexiva, incapaz de priorizar y focalizar en metas, usualmente debido a percepciones distorsionadas de los sentidos. Esto nubla el intelecto y perturba el equilibrio mental. Esos estados tienen que ser calmados y confrontados con la realidad a través de la práctica regular de yogasanas y pranayama.

El estado más común es la mente dispersa. En ese estado el cerebro está activo, aunque carece de propósito y dirección. Este estado de la mente es conocido como ´viksipta´. Constantemente atacada por la duda y el miedo, alterna entre la decisión y la falta de confianza. La práctica regular de Yoga siembra la semilla del Discernimiento en la Conciencia, dando lugar a una actitud positiva y equilibrio mental.

La mente disturbada es incapaz de concentrarse, se resiste a la realidad y lucha entre prioridades, en ese estado de la mente es donde actúa la Práctica de Yoga.

Para los antiguos sabios el estado focalizado de la mente o ‘ekagra’, indica un elevado estado del Ser. Esta es una mente liberada que ha enfrentado aflicciones y obstáculos y los ha superado. Este estado de la mente tiene dirección, concentración y conciencia. La persona con esa categoría de Inteligencia vive en el presente sin ser atrapada por el pasado o futuro, ni la distraen las circunstancias externas.

El quinto y más elevado estado de la mente es ‘niruddha’, o la mente controlada. De acuerdo a Patanjali, el control de la mente se alcanza a través de la persistente práctica de Yoga, que permite al practicante controlar los más bajos niveles de la mente y alcanzar la cima de la auto-realización.

En este nivel la mente está vinculada exclusivamente con el objeto de su atención. Tiene el poder de estar totalmente absorbida en una actividad, sin permitir que nada disturbe su atención. Cuando el cerebro está tranquilo, el intelecto está en Paz; el individuo está sereno y equilibrado, reposando en Consciencia Pura.

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